La habitación era muy limpia y contaba con una terraza. Personal bueno y encantador, como tiene que ser.

Nos hemos quedado una semana en este bonito hotel y la verdad es que quedamos encantados con el hotel en sí y los alrededores. Hay viñedos con bodegas por todas partes, puedes subir a la torre de observación que está justo encima del hotel, puedes ir en coche a los castillos de Lednice y Valtice o a la presa de Nove Mlyny que están a unos 35 minutos en coche. Las habitaciones son un poco antiguas, pero aún así son agradables y ofrecen todo lo que necesitas: televisión, Wi-Fi gratis y aire acondicionado, lo cual apreciamos mucho en verano. Nuestra habitación daba a una hermosa entrada llena de césped, con un pequeño lago y un puente de madera, con una bonita vista al pueblo. había una amplia variedad de comida para el desayuno, incluyendo huevos, salchichas, jamón, queso, yogur. Y siempre había una gran selección incluso si llegabas a última hora. Además, el personal del hotel y del restaurante era muy agradable y servicial.

La desventaja es que el desayuno puede estar un poco lleno de gente, pero el personal se las arregla para reponer y sonreír.